En pleno proceso reformista de nuestros Presidentes Rajoy y Fabra para devolver a nuestro país a la senda del empleo y la prosperidad, sorprende la actitud beligerante e insolidaria de los socialistas, aquellos que nos han conducido hasta esta lamentable situación: 3.700.000 nuevos parados en sus 2 legislaturas, más de 90.000 millones de déficit, la Seguridad Social en quiebra; en definitiva un país en recesión. ¿Se acuerdan de los famosos brotes verdes?
Poco o nada les importa las recomendaciones que llegan desde Bruselas y que recomiendan austeridad, cumplir con los objetivos del déficit y volver a crear empleo, lo que por otro lado, parece lógico viniendo de un gobierno que “sólo” se ha desviado en sus previsiones en 28.000 millones de €.
Nos hablan de recortes y levantan pancartas con tijeras, cuando fueron ellos los que acuciados por la Unión Europea y con el país al borde de la bancarrota, tuvieron que realizar los mayores recortes al “Estado del Bienestar” de la historia de la democracia (subieron el IVA hasta el 18%, recortaron en un 5% el sueldo de todos los funcionarios, profesores incluidos y congelaron las pensiones de nuestros mayores, entre otros).
Rajoy, que apenas lleva 5 meses en el gobierno, ha tenido que realizar el mayor proceso de reformas que hayamos conocido con la única intención de frenar una “hemorragia” que hubiera conducido a nuestro país y a nuestras empresas a la mayor de las ruinas. Se podría afirmar que Rajoy ha realizado en 5 meses más que Zapatero en 8 años. ¿Cómo nos vamos a olvidar de semejante herencia?
Evidentemente, cuando se gobierna uno se puede equivocar y precisamente eso es lo que los ciudadanos premian o castigan en las urnas. Nadie puede tener más razón que la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y así se ha manifestado hace apenas 6 meses. Han votado por el cambio y ese cambio es el que representa Mariano Rajoy y el Partido Popular.
¿Qué menos que 9 meses para que las medidas y ajustes del Gobierno puedan empezar a dar sus frutos? o ¿Será que lo que se pretende es tomar la calle y reventar a un Gobierno que necesita resucitar a un país en estado de shock? Si ese es el plan, “apaga y vámonos”. ¿Es así como pretenden los sindicatos crear empleo? y ¿dónde estaban mientras Rubalcaba y Zapatero practicaban los recortes sociales más salvajes de la democracia y nos conducían a la ruina? Un poco de responsabilidad no nos vendría nada mal.
Lo dijimos y lo reiteramos: la oposición y los sindicatos no están por la labor de que podamos devolver a España a la senda de la prosperidad y el empleo. En menos de tres meses, gran comité de bienvenida al PP con Huelga General, Primavera “calentita”, Huelga de la Enseñanza y 1º de Mayo. Todas acciones fracasadas, por cierto.
Alberto Fabra, que se estrenó hace menos de un año en labores de presidir nuestro Gobierno autonómico, ha emprendido en tiempo récord un proceso reformista digno de un grandísimo mandatario y ajustando nuestra economía a la dramática situación que vive nuestro país. Recortes drásticos de todo tipo de gastos suntuarios, fuera coches oficiales de altos cargos, congelación de sus salarios sine die y recortes que se ajustan a esta realidad. En tan sólo un trimestre de este año ha conseguido ahorrar con sus ajustes más de 170 millones de euros. Las cosas claras.
Por si fuera poco, tal y como prometió, ha puesto encima de la mesa del Gobierno de España la infrafinanciación a la que el Gobierno anterior condenaba a nuestra Comunidad (hemos recibido menos de la media nacional por habitante) y que como el propio Fabra ha recordado desde la tribuna de Les Corts, se trata de una deuda de más de 11.000 millones de euros sin los que hemos atendido estos años la sanidad, la educación y todos los servicios sociales con unos niveles de calidad extraordinarios. Unos gastos que representan el 60% de nuestra deuda. Esto es así y por eso, es muy importante dejar las cosas claras.
Los ajustes en sanidad van a suponer un pequeño esfuerzo para todos (en el gasto farmacéutico entre 8 y 28 euros/mes en función de los ingresos), pero en ningún caso van a afectar a la gratuidad o calidad de los servicios sanitarios. La sanidad pública, de gran calidad y gratuita está garantizada. Por otro lado, gracias a esos ajustes vamos a recuperar más de 1.000 millones del “turismo sanitario” que se aprovechaba de los fallos de nuestro sistema anterior. Un dineral que se derrochaba y que nuestro sistema sanitario no se podía permitir. Las cosas claras.
Sobre la educación, idénticos argumentos: que no les tomen el pelo con la supuesta destrucción de la educación pública, ya que ésta seguirá siendo de calidad y gratuita tanto en los centros públicos, como en los concertados. Como siempre. El aumento de la ratio por aula nos permitirá ahorrar mucho dinero en construcción de nuevos colegios. Por cierto, 420 construidos en la Comunitat Valenciana en los últimos años (para que luego digan que no invertimos en educación). Y además, para aquellos que no cuenten con suficientes recursos, el President ha anunciado que multiplicará por 8 en esta legislatura la inversión en becas de estudio. Por lo tanto, dejemos las cosas claras.
Nos encontramos en una difícil situación que nos obliga, ahora, a realizar ajustes que nos permitirán ahorrar grandes cantidades de dinero para que España vuelva a ser un país solvente. Hemos puesto en marcha políticas que incentivan a empresarios y emprendedores a invertir y crear empleo. Queremos recuperar el crédito para nuestro país y nuestro tejido empresarial, de tal forma que nos permita endeudarnos al interés normal de mercado y en las cantidades que razonablemente debamos hacerlo. Y por encima de todo, vamos a cumplir nuestros objetivos de déficit: No nos gastaremos jamás 28.000 millones de euros más de lo que nos corresponde, porque eso es lo que nos ha condenado a la ruina a todos.
