La izquierda nunca reconocerá que sus políticas dejaron a España en la ruina. No les importa esos 3.5 millones de personas que perdieron sus trabajos entre 2007 y 2011. La culpa nunca es de ellos. Ellos reventaron nuestros principales sectores productivos buscando unas fórmulas de creación de riqueza imposible y derrotados por la evidencia, tuvieron que practicar los mayores recortes sociales de la historia. No digo que fuera de su gusto, pero todos los organismos les avisaron que de no hacerlo la intervención era inevitable.
La cosa ya no tenía solución. Sólo un cambio radical en la dirección política del país podía devolvernos a la senda de la recuperación. La política del subsidio y la subvención no generan riqueza, sólo estómagos agradecidos y el silencio de sus agentes sociales (cómplices de la ruina). El PP, a pesar de las dificultades, ha vuelto a aplicar la receta correcta para ponernos en el camino de la recuperación: trabajo duro, reformas y austeridad. Una vez pasado el peligro y recuperada la tendencia del crecimiento ya podemos rebajar los impuestos (antes no hubiera servido de nada como muchos exigían para que fracasara el trabajo). A partir de ahora, el crecimiento va a ser exponencial porque al contrario de lo que ocurre cuando entras en un "círculo ruinoso" ahora estamos en uno virtuoso que nos lleva (si la izquierda no lo impide con su agit-prop, sus trampas y sus mentiras) a la completa y absoluta recuperación.
Estamos en la buena dirección y eso no sucede porque nosotros lo repitamos cada día, sino porque los datos económicos lo confirman mes tras mes. El tiempo dará la razón a nuestras palabras y dejará a los que mienten en la más absoluta de las evidencias.
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